El Primer Rito Francmasónico Andino, compilado en el libro del Ilustre y Poderoso Hermano Dante Orellana Salvador fundador del Gran Oriente Unido de la República del Ecuador, se erige como un acto de restauración y unión espiritual entre la Amérika milenaria y las tradiciones sagradas de Eurasia y África. Inspirado en la cosmovisión andina y mesoamericana —donde coexisten los nahuales, Quetzalcóatl, Kukulcán, y las princesas Papán y Veneva—, este rito reconoce la necesidad histórica de reconstruir el puente de sentido entre los Andes eternos y los dioses universales como Odin, Visnú, Isis, Buda y el Cristo Crístico. Este rito es reflejo de una conciencia que entiende a la Tierra como antigua Pangea, hogar sagrado de la espiritualidad ancestral común.
Este rito andino no es solo un sistema iniciático, sino un movimiento de integración espiritual que responde al llamado colectivo de una humanidad herida pero despierta, que busca reencontrarse con su esencia. A través de símbolos como la Chakana, el Inti y la Pachamama, y bajo los valores de amor, alegría y solidaridad universal, el rito convoca a hombres y mujeres libres a asumir el mandato sagrado de liberar a la humanidad del presente y del porvenir. Así, el Rito Francmasónico Andino se convierte en un vehículo de conciencia y unificador de identidades nacionales y regionales, honrando el linaje sagrado de los pueblos originarios como guía para la construcción del nuevo paradigma planetario.